martes, 24 de marzo de 2015

Vuelta al Turó de Can Pascual


Paseo por Collserola recorriendo los senderos que rodean al Turó de Can Pascual. En días festivos tendremos que prestar atención ya que la mayoría son frecuentados por ciclistas en BTT.

Turó de l'Alzinar en la Serra de Can Balasc
Especialmente interesante en el que baja por el llamado Sot de la Cua del Bacallá, un barranco que no conocía y al que se accede por estrechos senderos descendiendo de Can Pascual y tomando una de tantas variantes que ofrecen los senderos de Collserola, algunos marcados y otros ocultos.


Pozo en el Sot de la Cua del Bacallá

Regajo en el mismo Sot


Esplugues - Begues - Tibidabo - Esplugues

Ruta de carretera, desde Esplugues hacia Begues, puerto de l'Ordal y Tibidabo por la carretera de Molins de Rei a Vallvidrera. En el track hay que añadir unos 5 kilómetros que el GPS no registró. En total el cuentakilómetros de la bici mostraba 99 kms.

lunes, 23 de marzo de 2015

Treking en Marruecos

Solemos relacionar la cordillera de El Atlas con Marruecos, pero de hecho es un macizo de 2.400 kms en el norte de África con sus extremos en el Atlántico y en el Mar Rojo, desde Marruecos a Túnez cruzando Algeria. Es una gran barrera natural al norte del Sahara, el tercer desierto más grande del planeta. En Marruecos se encuentra la zona más conocida del Atlas y el pico de mayor altura, el Toubkal con 4.165 metros. Le siguen el Timesguida con 4.088 y el Ras con 4.083 metros, también en Marruecos y muy cerca los tres. Así que aprovechando unos días de vacaciones en Marzo decido realizar un treking que incluya la ascensión a los tres picos.



El cuarto pico en altura del Atlas, el M'goun también en Marruecos como no, ya tuve oportunidad de coronarlo en Octubre de 2012 .  Esta vez la ruta iba a ser más larga ya que quería conocer otro rincones del Atlas; y además completamente invernal ya que en Marzo la nieve cubre en abundancia las montañas. Para organizar el viaje, en solitario esta vez, conté con los servicios de Lahcen Bouredda . Lahcen es guía de montaña y organiza todo tipo de excursiones, trekings, travesías, ascensos, rutas en BTT y prácticamente cualquier actividad que queramos realizar en Marruecos, desde el Atlas al desierto. Contacté con él gracias a una búsqueda en internet y a las muchas referencias, todas excelentes, que encontré en varios foros de montaña. Y desde el primer momento demostró una gran profesionalidad. Al día siguiente de contactar con él por mail lo respondía y me llamaba por teléfono. Le comenté mi plan y en pocos días me diseñó la ruta que incluía el guía, el porteador, las pernoctas y las comidas incluso en Marrakech, y los traslados hasta Imlil, población desde la que partía el treking. Su familia regenta un albergue en Imlil, y todos se portaron de manera excepcional; el guia, Rachid, me acompaño durante los seis días y fue un placer y una gran experiencia caminar con él. Siempre sonriendo, explicando la ruta, los rincones de las montañas, las costumbres bereberes o los detalles del Islam. Mohammed, porteador de mi petate con la mula y cocinero, es una persona excepcional; cuando nos encontrábamos siempre daba muestras de alegría y estaba en todo momento dispuesto a ayudar. En definitiva un equipo perfecto al que pienso contratar para el próximo trekking en Marruecos, objetivo el desierto.

La cumbre del Toubkal en el centro de la foto. Vertiente Sur.

Día 1.- Marrakech.

Llego al aeropuerto de Menara puntual desde Girona y me está esperando Lahcen. Me lleva al Raid Omar, donde pasaré la noche, en el centro de Marrakech junto a la plaza Jemaa El-Fnaa, patrimonio de la humanidad. Tras la cena me explica el plan para el día siguiente y aprovecho para dar una vuelta por la plaza y tomar algunas fotos. Como es habitual está llena de turistas, músicos, malabaristas, vendedores ambulantes, puestos de frutas, bazares, puesto de comida de especialidades marroquíes, bicis, motos, carros... Tras una vuelta voy a dormir en una habitación acogedora y tradicional.

Lámpara para velas


Uno de los músicos en Jemaa El-Fnaa


Día 2 .- Imlil

Lahcen me espera en la recepción puntualmente. Nos dirigimos en coche a Imlil. El camino no es largo, una hora y media aproximadamente. Pasa rápido; solo mirar el tráfico y la manera que tienen de conducir en la ciudad o en las "carreteras" constituye por sí mismo un entretenimiento. Frente a nosotros vemos entre la neblina durante todo el camino parte del Atlas, concretamente la zona a la que nos dirigimos. Imlil es un cerrado valle que da nombre al pueblo. En sus laderas hay otros pueblos, pequeños y cercanos entre ellos. Algunos no tienen carretera ni pista para llegar a ellos, tan sólo se alcanzan caminando por estrechos senderos. Tras mostrarme la acogedora habitación del albuergue Lepiney y el salón en el que me sirve el té de bienvenida, me comenta el plan para los próximos dias. Antes de comer me invita a dar una vuelta por los alrededores de Imlil; su hijo Ibrahim me lleva por estrechos senderos alrededor del pueblo. Tras la excelente comida, que tomo con un suizo que recorre África en un Land Rover y que asciende a los picos para bajarlos esquiando, Mohammed, el porteador y cocinero, me lleva hasta el "plateau" desde donde tendré unas bonitas vistas al valle.
Ibrahim
Es una ruta corta, de unos 6 kilómetros pero con apreciable desnivel. Es un buen paseo para estirar las piernas y tomar fotos del valle y las montañas cercanas que mañana empezaré a ascender. Tras una excelente cena, pasar unos whatsapps (¡tiene Wi-Fi!) para saludar a mis hijas y amigos, charlar con el suizo y unos alemanes que han bajado del Toubkal con Rachid, al que conozco en ese momento, me voy a dormir.

La ruta de hoy ha sido algo técnica ya que tanto el ascenso como el descenso al "plateau" son muy verticales y sin camino evidente. En pocos kilómetros se supera un desnivel considerable. Y en la bajada hay que prestar atención ya que hay zonas de piedras sueltas. Es sin embargo un recorrido divertido para poner a punto las piernas.

Mzik

El Valle de Imlil.


Día 3 .- Imlil - Refugio Toubkal

Preparo la mochila con lo necesario para la ruta del día. Y el petate con lo que necesitaré para los próximos días y dejo lo innecesario en el albergue. Mohammed cargará la mula con el petate y la comida. Salgo con Rachid de Imlil por la pista que lleva a Aremd, otro pueblo más grande, que dejaremos atrás para empezar a ascender una vez cruzado el pedregoso y ancho cauce del río. Es un camino estrecho entre montañas. Hay una aldea a medio camino, Sidi Chamharouch, donde es posible adquirir artesanía bereber o bebidas. Tras las fotos de rigor seguimos ascendiendo hacia el refugio. La ladera a nuestra izquierda, que es la vertiente norte, está ya cubierta de nieve. Durante el ascenso curiosamente encontramos, llamémosle, bar: Imi Imfrit. Aquí aprovechamos su precaria terraza con vitas para tomar un té y unos frutos secos; hay otros excursionistas y esquiadores tomando un descanso. Debemos estar a unos 2.900 mts, rodeados de montañas de casi 4.000 mts y yo estoy con una camiseta técnica de manga larga. Luce un sol espléndido, no hay ni una nube. Seguimos el ascenso y llegamos por fin a la nieve, que impide el paso de las mulas. Los porteadores entonces cargan con la comida y los equipajes a cuestas. El camino está bien marcado y a pesar de que hay mucha nieve no es necesario usar crampones. El valle se va abriendo ofreciendo una vista impresionante, y al fondo ya se adivina el refugio. Paso allí la tarde conversando con otros excurionistas y guías y con "Mister North Face", el responsabe del refugio que viste una gruesa chaqueta de plumas que no vi que se quitara ningún día en ningún momento. Hay algunos españoles, ingleses, alemanes, holandeses...



La ruta de hoy no ha presentado ninguna dificultad. El ascenso es suave pero constante; Rachid marca un lento ritmo con el que podríamos estar andando dos días sin parar. No hay ningún paso técnico y tan sólo hay que vigilar los resbalones o hundirse en algunos tramos en los que la nieve está ya a esa hora bastante transformada. Es en un recorrido fácil que sólo requiere de la mínima forma física para superarlo. Y con un paisaje impresionante.

Sidi Chamharouch, en el centro de la foto

Cerca del refugio del Toubkal


Día 4 .- Refugio - Toubkal.

Nos calzamos los crampones antes de salir. El refugio está rodeado de nieve, temprano por la mañana está helada y de cualquier manera harán falta durante todo el recorrido. Nos dirigimos por detrás del refugio para tomar rápidamente la pala que se levanta imponente a nuestra izquerda, hacia el E. Vemos a alguno que ha salido antes y que ya ha remontado un buen trozo y apreciamos realmente la dimensión de la primera cuesta que nos espera; y la de las montañas que la rodean, impresionantes
cumbres de alrededor de 4.000 mts todas. La subida es constante y no deja de sorprenderme las vistas al valle y las montañas a medida que ganamos altura. El sol ilumina las cumbres y el resto permanece en sombras bajo un cielo azul intenso. El ascenso es lento y arduo pero se lleva bien a ese paso. Un pequeño llano que da un circo escondido nos da corto respiro, pero solo unos minutos ya que rápidamente vuelve a ascender decididamente hacia el collado Tizi n'Toubkal. Aquí tenemos vistas hacia la otra vertiente, otro mundo se abre frente a mi. El Toubkal Oeste ha sido coronado por otros excursionistas; el Ras y el Timesguida, los objetivos de mañana, están a la vista. Y al NE tenemos el Toubkal, precedido por la cresta que tenemos que superar antes de coronarlo. Hacia un lado unas verticales paredes con espléndidos farallones lo delimitan; hacia el otro lado, un suave pero decidido descenso hacia el pequeño valle rodedado por el circo. Tras las fotos y el descanso necesario ascendemos por la cresta, cerca de las paredes verticales para no perder detalle de las vistas y ayudados por el piolet. Antes de llegar a la cima sobresale la pirámide metálica que indica el punto más alto del Atlas. El día es espléndido, algunas nubes bajas parece que quieran quitarnos las vistas pero no lo logran, no hace frío y apetece incluso hacer el picnic en la cima. Los pájaros y lo que allí llaman marmotas, pero que a mi me parece más bien una ardilla pecualiar algo más grande, se acercan para recoger los restos de la comida.

Rachid y yo

El descenso lo hacemos tomando un camino que se dirige hacia el norte y que tiene una importante pendiente. Yo en algún sitio uso las manos para agarrarme a algún saliente de roca, como medida de precaución ya que hay nieve en abundancia y en algunos tramos piedra suelta. Pocas semanas atrás un helicóptero del ejército sufrió un accidente en el Toubkal, sin víctimas, y encontramos un plástico de la cabina bajo la nieve. Nos espera abajo el Collado Norte, junto a una inmensa esplanada de nieve.

Frente a nosotros el pico de Tibheirine, de 3887 mts, conserva todavia los restos del motor de un avión que se estrelló hace 50 años. En las fotos que hago aprecio perfectamente los restos gracias al zoom. Y descendiendo por este valle encontramos restos metálicos de la carlinga del avión. Me comenta Rachid que los bereberes no entierran a sus muertos, los cubren con piedras. Los cadáveres de ese accidente que no fueron recogidos por sus familiares fueron "enterrados" en una zona que me
indica; por lo visto en verano es fácil ver algunos restos humanos que han quedado al descubierto por la acción del deshielo y la erosión. Acabo el descenso con sólo el crampón izquierdo; en el derecho de forma increíble se ha partido la placa que une la parte posterior y anterior, y no tiene arreglo.

Sin ser un recorrido técnico ni difícil, es exigente. Sólo salir del refugio empezaremos a superar un importante desnivel. La nieve hace además que tengamos que ir con más atención y fatiga más. El paso por la cresta, sin ser aéreo ni presentar peligro evidente, es mejor hacerlo con atención y sin confiarse demasiado. Igual que el descenso hasta el Collado Norte, todavía más vertical.

Ascenso al Toubkal

En la cima

Descenso entre gigantes


Día 5.- Refugio - Ras - Timesguida - Imlil

Hoy tenemos que recorrer el valle por detrás del refugio hasta alcanzar el collado Tizi n'Ouanoums, hacia el SE. La etapa va a ser más larga y más técnica que la del Toubkal. El ascenso hacia el collado es constante pero más cómodo y con menos pendiente que la del día anterior. EL valle se va cerrando a medida que nos acercamos al collado y se nos echan encima a cada lado las montañas, pero aparecen nuevas canales, congostos y recodos que dan paso a diferentes vaguadas y valles. A nuestra derecha se puede ascender a los picos Afella, Tadaft o Akioud que cierran un atrayente valle al que se accede por un estrecho congosto. Me quedo con las ganas de  adentrarme por ahí, pero no hay tiempo para todo. Al llegar al collado, a 3680mts, trepamos por la rocosa y vertical cresta de nuestra derecha. No es difícil pero hay que usar las manos para ascender; no es un paso excesivamente aéreo pero a ambos lados tenemos una considerable altura. Tras unos entretenidos metros de ascenso llegamos a un llano que tendremos que recorrer rodeando ligeramente el Ras para atacarlo desde el E de una manera cómoda. A esta altura, como pasó el día anterior, los pasos son lentos y avanzamos despacio por la pendiente. Se alcanza lo que parece la cima del Ras, pero en realidad tiene forma de enforcadura y la verdadera cima está enfrente. Accedemos a ella por un estrecho y nevado sendero aéreo, que no lo parece tanto cuando se cruza. Precaución de todas maneras porque a cada lado las paredes se precipitan de forma pronunciada. Desde la pequeña cima del Ras disfrutamos de otro día perfecto. No hace nada de frío, el cielo es de un azul radiante, las vistas alcanzan los llanos más allá de las montañas, los dos Toubkal, el valle y nuestro próximo ovjetivo: el Timesguida. Frente a nosotros pero a cierta distancia distinguimos un grupo de esquiadores suizos que corona otro pico. Dedicamos un rato a tomar fotos y a contemplar las vistas.

Señalando el Toubkal desde la cima del Ras

La vuelta desde el Ras
Descendemos hacia el S unos metros para recorrer la explanada que separan al Ras y el Timesguida y ascender el redondo pico de Timesguida sin mayor dificultad. La cima me recuerda por un momento al Cap de Verd: redondo y lleno de piedras mientras casi llaneamos por la cima hasta el hito de piedras que marca el punto más alto. Aquí tomamos el picnic y disfrutamos del momento espiritual del día: yo llevo en el MP3 música de Tinariwen  y Rachid en la tablet el Corán recitado por un imán. Así que a 4089mts y con banda sonora apropiada pasamos un rato en silencio descansando y escuchando primero música y luego un rato del Corán.

El descenso sigue el mismo recorrido, aunque antes del collado Tizi n'Ouanoums tomamos algún atajo por pasos muy empinados y técnicos, con tramos de nieve y otros de rocas. Cuando llegamos al refugio reponemos fuerzas y tomamos el camino de bajada a Imlil. Mohammed ya ha recogido mi petate y lo encontraré en el albergue. Descendiendo miro atrás una y otra vez con nostalgia para retener los últimos momentos del magnífico lugar donde he pasado los dos últimos días. Una vez en el albergue me doy cuenta que hemos pasado de lo 3207 metros del refugio a los 4089 del Timesguida, y bajado a 1700 en Imlil, de una tacada. Y no me siento de ninguna manera cansado.

Tiempo complicado en el descenso a Imlil
La etapa hoy ha sido más difícil; la altura que hemos ascendido y descendido es más que considerable y hay algunos pasos más técnicos que los del Toubkal.

Día 6.- Imlil - Cascadas d'Irhaulidene - Tizi Oussem

Salimos de Imlil on toda la calma del mundo hacia Mzik. Rachid me enseña su casa y aprovecho para dar regalos a los niños: caramelos, "playmobils" y algunos llamativos y coloridos "buff" de lana que Mertxe ha tejido para regalar a los niños. Todavia me quedan varios regalos para repartir. Atravesamos las estrechas calles del pueblo; ni aceras, ni asfalto  ni nada por el estilo. Son auténticos senderos estrechos y empinados de piedras, que se convierten en barrancos cuando llueve, entre las casas.

Tomamos el camino hacia el collado Tizi n'Mzik en un ascenso suave. A cierta distancia tenemos a una veterana pareja de Sudáfrica con la que estuve conversando la noche anterior y con la que coincideremos en parte de la ruta los dos próximos días. Una vez en el collado, en el cual encontramos la construcción de piedra que hace las veces de bar, descansamos un rato y tomamos el camino para acceder a las cascadas de d'Irhaulidene, a la izquierda. Andamos perdiendo altura por un bonito y "africano" bosque de enebros mientras vamos ganando vistas al valle y los poblados. Llegamos al refugio Azib Tamsoult, donde hay también algunas casas y verdes terrazas de los cultivos. Ascendemos ahora para llegar a una angosta garganta llena de nieve y de hielo que forma pequeñas cataratas de agua helada en las paredes. Nos hacemos las típicas fotos con la pareja sudafricana, en un día gris y que amenaza lluvia.

Contemplando la cascada


Camino técnico

Descendemos hacia el pueblo de Tizi Oussem por la garganta del río en lugar de tomar el mismo camino de ida y desviarnos por otro sendero en un punto determinado que hemos dejado atrás en la ida. El cauce del río es más técnico y con algún paso expuesto que obliga a usar las manos. Llama la atención las enormes rocas caídas de las montañas y arrastradas por los barrancos; la profundidad de la garganta y los bonitos recodos que el río forma en el fondo del valle; y la espectacular ´V´ que forman los dos ríos, el que descendemos y otro que viene por nuestra derecha. El camino después no presenta ninguna dificultad y se llega tranquilamente hasta el pueblo, disfrutando de las bonitas vistas al valle que se abre frente a nosotros. Es un bonita imagen, los pueblos colgados en las paredes de las montañas y detrás nuestro las altas cimas nevadas del Atlas.


Estapa sencilla; un agradable paseo comparada con las anteriores a pesar del tramo técnico tras visitar las cataratas.

Día 7.- Tizi Oussem - Taddert

Última etapa del treking. Tras pasar la noche en una agradable y bonita casa/albergue bereber en Tizi Oussem, en la que vuelvo a cenar maravillosamente y he tenido una extensa conversación con los sudafricanos,  nos dirigimos por pista hacia el pueblo de Aït Aissa. Colocado en un lugar estratégico para hacer fotos al valle y a Tizi Oussem con el fondo de las montañas nevadas, tomamos un sendero hacia Matate. Asciende suave pero sin interrupción y a buen ritmo, ya que esta parte del recorrido es un regalo extra de Rachid que extiende algo el plan de ruta. Llegamos al collado de Tizi Oudite a "tan sólo" 2219mts. En lugar de dirigirnos al pueblo de Matate nos encaminamos al llano Tizi n'Ezrai. Situado sobre unas minas de carbón en Matate ofrece un excelente balcón al Toubkal y las montañas que lo rodean, imponente y bellas cubiertas de nieve. Y también hacia Oukaïmeden, donde están las únicas pistas de esquí de Marruecos, y el valle de Imlil. Lo riscos hacia el NE se elevan aproximadamente 400 metros sobre el valle formando curiosas formas y cavidades. Este lugar es un mirador privilegiado al macizo y al valle, y los llanos hacia Marrakech. Tras el descanso, las fotos y recoger a una cabra recién nacida (algunos pájaros u otros animales podrían atarcar a la cría que con su madre están lejos del rabaño), con el cordón umbilical todavía, descendemos por el camino junto a la boca de las minas, unos grandes agujeros de mucha profundidad, seguidos por la cabra madre que no pierde de vista a su cría que Rachid lleva en la mano. Y una vez en el pueblo entregamos ambas cabras y tomamos la pista que nos deja entre Aguersioual y Taddert, donde finaliza el trekking. Rachid me ofrece llegar hasta Imlil, una hora más de camino, por un sendero junto al río. Como despedida me invita a su casa, donde tomamos te y unas tortas tipo crepes con mantequilla y mermelada que son una delicia.

Tizi Oussem

Típicos tejados de tierra

Volvemos al Albergue, donde espera un grupo de vascos con los que voy a hacer el viaje de vuelta hasta Marrakech en una furgoneta. La despedida con Rachid es triste, lo hemos pasado bien, hemos pasado unos muy buenos días juntos y se ha creado una buena amistad entre nosotros.



Marrakech. De vuelta a la ruidosa ciudad, al tráfico anárquico y la gente por todas partes. Es mi última noche en el Raid Omar, en otra habitación pero no menos exótica que la de la primera noche. Ceno en la terraza del hotel, doy una vuelta por la plaza y me retiro temprano a descansar.

Dia 8.- Marrakech

El vuelo es a las 7 de la tarde, así que tengo tiempo de sobras de pasear, otra vez, por Marrakech. No tengo prisa por levantarme. Desayuno y me voy hacia la plaza, el bazar y algunas calles más allá, incluso donde ya no hay turistas. Un mercado, gente que me quiere llevar al mercado bereber que, precisamente, es el día de la semana que se monta, bicis y motos por las estrechas calles... Y allá donde vayas gente, unos se supone que trabajando y otros, muchos, haciendo compañía a los que
parece que trabajan. En las tiendas de las callejuelas y los puestos del bazar no sabes a quién tendrías que preguntar si quieres comprar algo. Y los hay que no paran de preguntar de donde eres; de Barcelona: "Oh Messi el mejor, yo Barcelona gusta". De Madrid: "Oh Ronaldo bueno, yo Madrid siempre". Argentino: "Oh Messi, argentina mejor mundo". Hago unas pequeñas compras para llevar unos recuerdos a mis niñas, a las que tengo ganas de ver.

Las típicas choppers aparcadas en batería

Última foto de mezquita
Lahcen me viene a buscar al hotel a las 3 en punto como habíamos quedado. Me pregunta si no es muy pronto, que podemos ir más tarde. Nada, vamos ya al aeropuerto, estoy cansado. Tengo música, libro y fotos y los controles de equipaje y pasaporte son largos y tediosos. Y Marrakech me agota. Nos despedimos en el aeropuerto con un abrazo y promesas de vernos en el próximo treking - al desierto, Lahcen - y de dejar una buena opinión en TripAdvisor - no podría ser de otra manera -.