domingo, 24 de mayo de 2015

Por Castellar de n'Hug

Castellar de n'Hug, con el Catllarás al fondo.
El Parc Natural del Cadí, sierra prepirenaica que recorre las provincias de Lleida, Barcelona y Girona, se extiende hacia el E formando una suaves y redondeadas cimas convertidas en pistas de esquí y pasto para el ganado. Contrasta con el área occidental del parque, compuesto por las sierras de roca calcárea de Moixeró y Cadí, que forma hacia la vertiente N unas paredes abruptas que le confieren un característico e impactante relieve. Hacia el S la suave pendiente que forman estas montañas hacen fácilmente accesible sus cimas si no queremos hacerlo por las verticales canales de su cara norte.
Marmota recién levantada
Castellar de n'Hug se encuentra en la zona oriental, justo en el límite del parque y formando parte de la sierra de Montgrony. Allí se encuentran las Fonts del Llobregat, donde a partir de las cascadas y gorgues que forma el agua al descender de las cimas o aparecer súbitamente de las paredes de roca tras un viaje bajo tierra, dan vida al río más importante de Catalunya.

En el acceso a las Fonts del Llobregat hay un aparcamiento, restaurante y merendero que es el origen y final de la ruta. A primera hora de la mañana encontraremos pocos, o ningún, visitante y podremos contemplar la zona tranquilamente. Por el camino adaptado con sus paneles informativos y vallas que permiten observar las cascadas y pozas se llega al pueblo. Por una calle desde la plaza se toma el camino a los barrios de La Ribera y l'Erola, para empezar el ascenso por una loma hasta la pista. Junto a una fuente hay un sendero evidente y perfectamente señalizado a la Cova de la Tuta, y sólo hay que seguir las marcas azules que llevan hasta el Coll de La Creueta. Todo el camino discurre por los verdes prados con ausencia total de árboles, tan sólo algunas zonas de arbustos como única vegetación. Es curioso observar la ausencia total de bosque donde Castellar de n'Hug está situado; y más cuando hacia el W la montaña conserva uno espléndido y la sierra enfrente, el Catllaràs, es un manto de tonos verdes. La Gran Enciclopèdia Catalana los define como prados naturales y no he encontrado evidencia de que hubiera una tala masiva para obtener pastos en el pasado. En compañía de las marmotas recién levantadas de su letargo invernal ascendemos hacia la primera etapa de la ruta, el Coll de La Creueta, destino también de numerosos ciclistas.

Carlit
Llegados al collado se abrirá ante nosotros el paisaje hacia las montañas de la Cerdanya y el suave descenso de la sierra hacia el Valle, con las pistas de esquí de la Molina hacia el W, el Tosal de Rus, Puigllançada, Tosa d'Alp, Serra d'ENsija, Serra del Verd y asomando tímidamente el Pedraforca; y hacia el N el Carlit. El camino sigue cresteando suavemente por las diferentes cimas que se alcanzan con facilidad ya que todo el entorno es redondeado y suave sobre una alfombra verde. Siguiendo la ruta se alcanzan las cimas de La Creueta, La Pleta Roja, La Moixera y La Pedra Picada. Por aquí aparecieron súbitamente un par de corzos o ciervos que rápidamente se alejaron al darse cuenta que no estaban sólos. Las fotos no son lo bastante claras y pasaron rápido frente a mi; uno de ellos parecía más joven y el otro, al carecer de cuernos, podría ser una hembra: la madre. Desde mi ignorancia lo dejo en que eran ciervos, que no son raros en la zona. El recorrido sigue girando hacia el E, con lo que finalmente acabaremos la ruta con la compañía del Puigmal y las montañas de Núria.

Puigmal
El descenso desde el Coll del Remoló no presenta tampoco ninguna dificultad, recorriendo un tramo por una pista que se toma en el mismo collado. Luego por Can Torre se llega al GR que pasará por la ermita de Sant Joan de Cornudell, cerca ya de Castellar de n'Hug. Sólo hay que seguir las marcas del GR, y cruzar la carretera, para llegar al pueblo y bajar de nuevo hasta Les Fonts para acabar la ruta en el punto de inicio.

El Puigmal desde la Pedra Picada

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