viernes, 31 de julio de 2015

Monteixo, la milla vertical

El Monteixo desde la Roca Cigalera
El Monteixo es un pico de 2905 mts que surge de manera manifiesta cuando se accede por la carretera de Áreu en la Vall Ferrera. Hasta hace unos años se realizaba una carrera denominada la Cuita al Sol. Se trataba de llegar a la cima antes de que el sol se pusiera y alcanzara la sombra a los corredores; el que se veía engullido por ella quedaba descalificado. Ahora se denomina la milla vertical. Se trata de ascender una milla, 1609 mts, en poco más de 5 kms.

La cima hacia la derecha
Después de 4 días de ruta siguiendo el itinerario La Porta del Cel nos desplazamos a Áreu para ascender el Monteixo. Nos alojamos en el camping y hablamos con el alma de la prueba y su hijo. Después de valorar las diferentes alternativas optamos por ascender por el camino de la milla; una camino que no aparece en el mapa Alpina pero que está suficientemente marcado para seguirlo sin problemas a pesar de que en algún tramo no se aprecia traza alguna.

Acometiendo los brutales últimos metros
Desde el mismo momento en que traspasamos el río el camino empieza a ascender de manera decidida. Hay que cruzar en diagonal la loma de la montaña para llegar hasta la cresta y seguir ascendiendo por el Serrat de Costa Calda. No hay tregua, se trata de subir y subir; la ayuda de los bastones es imprescindible. Se gana altura rápidamente y en poco tiempo tendremos el pueblo a nuestros pies, literalmente. Al salir del bosque aparece un prado que cruzamos para seguir ascendiendo por una pared rocosa siguiendo algunos hitos. Y pronto tendremos frente a nosotros la rampa final hasta la cima. El último tramo da miedo sólo verlo. Se empina de una manera evidente, unos 200 metros en los que parece que se multiplique el desnivel. Lentamente y por la zona herbosa alcanzamos la abrupta cima.
Pic de Noris en primer término
Dificultad técnica ninguna; tan sólo es necesaria la forma física para soportar el largo y empinado ascenso. Nosotros vamos a paso de caminadores y alcanzamos la cima en 4 horas: 400 metros de ascenso por hora más o menos. Sólo hemos hecho alguna corta parada para reponer fuerzas, beber o hacer fotos. El récord está en 59 minutos, Kilian Jornet. Pero los ganadores de las últimas ediciones lo hacen en 1,10 horas.

Cúmulos amenazadores
El paisaje desde el Monteixo es un espectáculo. Vistas hacia las cimas de la Val d'Arán, Aragón y por supuesto las más cercanas de los Valles de Cardós y Ferrera, como la Pica y Certascán.

Paredes afiladas en la cara norte.
Para el descenso decidimos tomar el camino de los Estanys d'Aixeus. Ésta cara es otra cosa. Un circo completamente roto y rocoso abraza a los estanys, presidido por el pico de Noris. Descendemos por una canal vertical, una tartera que nos obliga a descender con cuidado porque es muy inestable. Pero cuando alcanzamos el camino más tendido podemos progresar de nuevo con más calma. Junto al río que nace del desagüe de los estanys llegamos a la pista en la Pleta dels Frares, donde hay un aparcamiento. Ésta pista nos deja en el Pla de la Selva, desde donde se puede tomar el GR para llegar a Áreu, no sin antes hacer unos 3 kilómetros por la pista.
Estanys d'Aixeus
Por alguna extraña razón el GPS no guardó la ruta, pero la distancia total debe rondar los 15 kms y el desnivel positivo unos 1650 mts, pero teniendo en cuenta que algo más de 1600 se hacen en los primeros 5 kilómetros y luego prácticamente no hay ascenso alguno.

Ruta recomendable para probar nuestras posibilidades, aunque el ascenso no podemos calificarlo de demasiado bonito ni ofrece unas vistas destacables más allá de las del valle que poco a poco se va abriendo a medida que ganamos altura. La vistas desde la cima y la bajada por los estanys valen realmente la pena, gana muchos puntos la ruta gracias a ellos. Y llegar hasta el pico de Noris descendiendo por la cresta es otro reto que dejamos para otro día; después de la milla y los metros y kilómetros acumulados durante la semana decidimos dejarlo para mejor ocasión.

jueves, 30 de julio de 2015

La Porta del Cel

Buscando la puerta

La Porta del Cel es un itinerario por el Pirineo Catalán de aproximadamente 65 kms y 11.000 mts de desnivel acumulado, 5.550 de ellos positivos. Se asciende a los picos de Certascán, Pica d'Estats y Roca Cigalera; pero en el camino encontraremos otros que podremos coronar y así aumentar la distancia y los metros de desnivel. Atraviesa diversos valles y asciende a collados de altura respetable como el Certascám, L'Artiga, Sotllo y la LLaguna. Las vistas desde cualquiera de estos pasos elevados, además de la de los picos, son espectaculares. Y el premio final de la Roca Cigalera, con sus "modestos" 2.668 mts, que ofrece de una tacada una visión detodo el recorrido que hemos hecho durante los 4 días. Es un recorrido que requiere un mínimo de forma física, estar acostumbrado a caminar varias horas y tener unos mínimos conocimientos de orientación en la montaña para saber "leer" los caminos incluso cuando no los hay. Mapa obligatorio y GPS útil, aunque en nuestro caso únicamente lo miramos dos veces en todo el recorrido donde no había senda. Y con esta perspectiva arrancamos la ruta.

Hacia la Pica d'Estats
La etapa más corta es la de Tavascán al cámping-refugio de las bordas de Graus.Un paseo de poco más de una hora. Puede alargarse con la primera o última etapa, pero si se llega de viaje a Tavascán el mismo día de inicio es bueno empezar con este tranquilo recorrido. Ya al llegar al cámping-refugio nos encontramos con los que van a ser nuestros compañeros de ruta, aunque a diferente ritmo: las Alcañeras y los Vascos. Los Pastoret sólo nos acompañarán durante la etapa de Certascán y no sufriremos más al recorrer una cresta con el perro pisándonos los talones. La primera sorpresa nos la llevamos en Tavascán; dos hermanas de 19 y 21 años que no habían afrontado nunca largos recorridos por montaña estaban realizando todo el GR-11. Habían salido de Cap de Creus hacía tres semanas y ese día se lo tomaban de descanso.

¡Baiau!
La primera etapa nos llevará hasta el refugio de Certascán, frente al lago natural más grande del Pirineo: estany de Certascán. Ascenderemos al pico del mismo nombre, de 2.852 mts. Con un desnivel considerable de 1.500 mts este tramo no ofrece dificultades, es un tranquilo recorrido primero por el bosque y las bordas de Noarre, con un moderado ascenso al Coll de Certascán después de pasar por los Estanys Blaus y disfrutar de un descanso en el Forat de Guerossos, una espléndida pradera con una no menos espléndida cascada que nos ayuda a refrescarnos. La subida al pico, sin ser excesivamente técnica ni aérea, tiene algún paso vertiginoso si se recorre por la cresta, pero nada importante si estamos acostumbrados a la montaña. En el refugio el guarda, alma matter de la Porta del Cel, nos obsequia con todo tipo de información, detalles e incluso un vídeo.

Descenso desde la Roca Cigalera
Afrontamos el segundo día saliendo del refugio de Certascán hacia el de Pinet. Hoy no hay picos pero hay collados y fuertes rampas. Menos desnivel y poco más larga que la del día anterior, los ascensos tienen una inclinación importante. Por el Coll de l'Artiga pasaremos a Francia, descenderemos hacia el valle con unos increíbles meandros de aguas transparentes y frías entre esplanadas de hierba; sitio ideal para quitarse todo el equipo, ropa incluida, y disfrutar de un baño anti inflamatorio que nos deja nuevos. Nos espera ascender otro puerto junto a un río encañonado, desde donde veremos el refugio de Pinet al alcance de la mano y donde un magnífico quebrantahuesos hace una orgullosa pasada sobre nosotros exhibiendo su poderío y elegancia. Pero para llegar al refugio hay que dar un buen rodeo, descendiendo por unos prados sin prácticamente sendero, rodeando un agudo espolón y dirigiéndonos a un collado por una fuerte pendiente dejando a la izquierda otro cañón formado por el río y que impide el paso directo al refugio. Todavía queda descender a una canal llena de nieve y una trepada de unos 100 mts, equipada con clavijas y cables, húmeda por la lluvia y una gran atracción para la tormenta eléctrica que en ese momento tenemos encima, débil pero suficiente para estar temerosos. En el refugio, mientras nos tomamos unas cervecitas, vemos que nuestras Alcañeras tienen alguna dificultad para llegar hasta la canal. Hay un miembro del grupo que lo está pasando mal. Decidimos acercarnos a las clavijas para echar una mano. Mientras uno sube delante con la mochila de una de ellas, el otro le indica por detrás cómo y donde agarrarse. ¿El tercero? En la ducha del refugio... De todas maneras nos ganamos el nombre de Rescatadores a pulso. A destacar los guardas del refugio, bautizados como los Gary Glitter, los primeros guardas que hemos visto jamás sin aspecto de montañeros.



Las Alcañeras a tiro
El tercer día nos espera la Pica d'Estats. Ha llovido durante la noche pero amanece despejado. Al poco de iniciar el ascenso empiezan a aparecer las primeras nubes, pero a la altura del Etagn d'Estats quedan por debajo y comenzamos una ascensión con nubes altas cubriendo el cielo y un mar blanco formándose más abajo. El aspecto rocoso de esta zona crea un paisaje inhóspito. Sobre el Etagn de Montcalm asoma nuestro primer objetivo: el Montcalm. Vamos a coronarlo por el Coll de Riufred. Y una vez en la cumbre disfrutamos de unas vistas increíbles. Cadenas montañosas, nubes, picos que asoman entre ellas, el macizo de la Maladeta, Monte Perdido, Besiberris, Molieres, las montañas de Andorra con Baiau frente a nosotros (cómo no, Joan), la silueta del Cadí, Monteixo... Tomamos unas cuantas fotos, no hace frío, y el paisaje es cambiante debido al movimiento de las nubes. No encontramos el momento de bajar. Al final lo hacemos hacia el collado para recoger las pesadas mochilas y ascender a la Pica d'Estats. Vemos a un chico y una chica que bajan corriendo, con atuendo trail runner. Nosotros subimos tranquilamente y en la cima unos excursionistas que han subido antes nos invitan a un trago de cava. El paisaje es prácticamente similar ya que la Pica está unos metros más al este del Montcalm. Aún así nos quedamos otro buen rato. Nunca cansa la contemplación de estos paisajes a esas alturas. De vez en cuando intentamos localizar a los Vascos y las Alcañeras, pero no los avistamos en ningún momento. Descendemos pasando antes por el pico Verdaguer. La preciosa bajada hacia el refugio de Vall Ferrera es una maravilla, con sus tartera, sus dos grandes estanys, riachuelos, cascadas y finalmente el bosque de pino negro, pero es inevitable la sensación de tedio a medida que nos acercamos al regufio. Juisto antes del mismo encontramos frente a nosotros a las Alcañeras y los Vascos, y se organiza una improvisada carrera de unos metros para ver quién llega antes. Núria Picas, que es quién bajaba corriendo la Pica d'Estats con su compañero de entreno, nos mira sorprendida y divertida. Está haciendo la misma ruta que nosotros, entrenando para el Tour del Montblanc; la diferencia es sólo que ella la hace en dos días en lugar de 4, y lleva una mochila mínima en lugar de ropa, comida y crampones que llevamos el resto: juega en otra liga. Laura, la guarda del refugio, nos trata con una alegría y un encanto que vamos a recordar durante días.

Nubes dinamizando el paisaje
Último día de ruta. Tras los chupitos de la noche anterior con los compañeros que siguen la ruta, y con los que por fin hemos podido compartir mesa para cenar, Laura nos tiene que venir a buscar a la habitación. A las 6:30 es el desayuno y todavía estamos desperezándonos. Otra día espléndido, con unos paisajes increíbles. Salimos del refugio camino del estany de Baborte; antes nos encontramos con las Alcañeras, que hoy han salido antes. Después de cuatro días la relación se ha estrechado y aprovechamos para hacernos fotos y echar unas risas. Seguimos hacia el ibón, ascendemos el collado de Sallente o Baborte, y vamos a por el de la Llaguna. Una gran pendiente por otro espectacular pedregal. Una perdiz nival nos recibe, corriendo en dirección contraria hacia nosotros. Desde aquí a la Roca Cigalera son unos 15 minutos cómodos por una gran llanura a 2.600 mts. Ya en el punto más alto vemos absolutamente todo el recorrido que hemos hecho. Tavascán, abajo en el valle, el pico e ibón de Certascán, los collados de l'Artiga y el Pointe de Recós, la Pica, el Montcalm y el valle a sus pies, Baborte. Una fantástica panorámica del trecho recorrido durante cuatro días. Atravesamos la elevada llanura hasta la collada de la Ribera, para descender por el valle mientras cruzan frente a nosotros una numerosa manada de sarrios (isards o rebecos) ante la mirada impasible de unos caballos. Cuando dejamos el valle bordeamos la montaña para dirigirnos a Tavascán, el punto de partida y nuestro destino. Éste tramo es inacabable; el pueblo se ve al fondo del valle justo bajo nosotros, pero misteriosamente lo vamos dejando atrás a medida que avanzamos por un camino roto entre el bosque. Es el tramo más largo de toda la ruta. Finalmente el sendero gira a la derecha y comienza el descenso hacia el pueblo.

Pico de Certascán, el lago y el circo bicolor
De vuelta en Tavascán. Abrazos. Alegría. Bar. Botas fuera. Terraza. Tres jarras de cerveza de medio litro. Brindis. El coche de nuestras Alcañeras donde dejamos la nota con nuestros emails para intercambiar fotos y seguir en contacto. Nuestro coche. Todo al maletero. Calor. Salimos de Tavascán rumbo a Áreu. Ya en el camping montamos las tiendas, un baño en la piscina fría, una merecida cena con civet de jabalí. Nos espera al día siguiente el Monteixo. La guinda. La milla vertical. Ya que estamos...


sábado, 4 de julio de 2015

La Muga

Dejando atrás LaMuga
La Muga (2860 mts) es un pico olvidado y desconocido de La Cerdanya. La Tossa Plana de Lles (2904mts) y la Tosseta de Vallcibera (2847mts) le roban todo el protagonismo que se merece. Ambas lindan con Andorra formando un circo con la Muga cerrándolo en su zona más oriental.

La Carbassa al fondo
Una pista que parte de la carretera que une Lles de Cerdanya y el refugio de Cap del Rec conduce a Viliella y luego a la masía de Cal Jan de la Llosa, en el valle de la Llosa y a los pies de las ruinas del castillo del mismo nombre. El valle ya presagia un día espectacular. Prados rodeados de bosque de pino negro y el río de la Llosa que baja rugiendo por los rápidos. Y las cimas redondeadas que se adivinan más allá de los límites del Valle.

La ruta comienza siguiendo el GR11 por una pista que pronto se abandona para tomar a la izquierda el desvío hacia la Tossa Plana de Lles. A partir de aquí las marcas del recorrido número 26 de los senderos de la Cerdanya idican el camino que se sigue sin ninguna dificultad de orientación. Ya habremos cruzado el río un par de veces por otras tantas palancas cuando poco a poco empezamos a ascender notablemente entre el bosque, cruzando lechos húmedos y entre pinos que crecen orgullosos y retorcidos; y los esqueletos de otros que, bien todavía en pie o ya caidos, confieren al entorno un aspecto puramente alpino.
Coll de la Muga


El Pla de la Riba llama a quedarse un rato y recuperar fuerzas mientras se observa el entorno, y mapa en mano descubrimos la Tossa Plana, la Tosseta de Vallcivera, La Muga y la Carbassa. A lo lejos la silueta del Cadí preside el valle de La Cerdanya, aunque la calima no deja mostrar más que la silueta de la sierra.

Una vez se deja el Pla de la Riba el camino va encarándose poco a poco hacia el W, por un curioso tramo en el que el sendero forma un trazado muy marcado entre rocas; a mi me dio la sensación de ser un camino que hubiera estado delimitado por muros de piedras y rocas, y se hubiera utilizado desde muchos años atrás y el paso del tiempo hubiera hecho mella en su construcción. Habiendo un castillo más abajo, dominando el valle, y en la frontera entre España y Andorra es fácil pensar que estas montañas fueron testimonio de muchos y variados acontecimientos. De hecho es sabido que los Cátaros usaron estas montañas para sus desplazamientos y huida, y que estamos en un entorno que en la Edad Media fue escenario de no pocos conflictos entre reyes, nobles, la Iglesia e incluso la inquisición.

Riu de Vallcivera. Mucha agua durante todo el recorrio
Sin dejar el camino y ya fuera del bosque el Estany de la Muga se hace de rogar. Hay que llegar a él para ascender por la pala por la queremos hacerlo. Por fin aparece un poco más arriba, a los pies del circo que forman las tres cimas mencionadas. Un sendero que a medida que gana altura se hace menos evidente, indica el camino hacia la cima. Antes llegaremos al Coll de la Muga. Por primera vez veremos las montañas de Andorra, incluso el Comapedrosa y la Pica d'Estats a lo lejos, el Puigpedrós al E. Y a nuestos pies la Vall Civera, la continuación del de la Llosa. Éste forma una especie de Y; hacia poniente discurre el río de Vallcivera formado la Vall Civera, frente a nosotros; y hacia el NE la otra "pata" del valle con el río d'Engaït, formado la Vall d'Engaït. Ambos van a unirse al rio de la Llosa, el mismo que hemos cruzado un par de veces al poco de inciar la ruta.

Ascenso. Bosque de Pino Negro.
Por el cordal ascendemos hacia la cima, una subida decidida sin dificultad técnica pero con considerable desnivel. Desde el estany habremos superado unos buenos 400 metros. El pico ofrece unas inmejorables vistas mientras la Vall Civera nos está llamando para que la visitemos. Después de comer en la cima decidimos volver de nuevo al collado, ascender a la humilde cima de la Mugueta y bajar fuera de ruta hacia el GR11 cerca de los Estanyols de Vallcivera.
¡Ops!

Una vez en el GR11 nos podemos olvidar de la orientación y disfrutar de este precioso y espectacular valle. La cara norte de la Muga ya no es tan amable, sus contrafuertes son mucho más escarpados, y hacia oriente forma un espectacular cordal. Un descanso en un claro junto al río sirve para refrescar los pies después de varias horas de ruta y unos 15 kilómetros. Y ya puestos no cuesta nada quitarse la ropa y bañarse en las poco profundas pozas que se forman a esta altura. El agua no está todo lo fría que suponíamos. El descenso por esta vertiente es realmente una delicia, una gran recompensa tras la ascensión. Un valle bellísimo, un entorno que sólo inspira paz e invita a recorrerlo con toda la calma (supongo que los participantes de la Ultra Trail de Andorra que encontramos no lo verían con los mismos ojos).

Sarrios

El GR11 nos llevará hasta la Cabana dels Esparvers, completamente derruida. Y ahora sólo queda seguir por el GR11 que, por el Prat Xuixirà nos dejará en el punto de partida.

Una ruta por una zona espectacular sin dificultades técnicas y que tan sólo requiere una forma física adecuada para superar el desnivel y los kilómetros; y ganas para disfrutar de un gran día de montaña. Y para ello es imprescindible conocer la previsión. La montaña cuando luce el sol y hace buen tiempo es maravillosa; pero el mismo lugar bajo una tormenta se convierte en agresivo e incluso peligroso. Así que siempre, sin excepción, hay que consultar la meteo antes de aventurarse por cualquier paraje de montaña.