viernes, 29 de julio de 2016

Alrededor de Monte Perdido.


Abrir el mapa excursionista de Ordesa en toda su extensión sobre una mesa y de un vistazo diseñar la ruta es sólo cuestión de segundos. Planear todos los detalles y recopilar información supone algo más. Encontrar las fechas es lo más complicado.

Cascada del Cinca
La realización de esta travesía se alargó unos cuantos años en el tiempo antes de, por fin, poder completarla en Julio de 2016. Mientras tanto, juntos y por separado, los miembros del grupo han visitado la zona para recorrer diversos itinerarios, excursiones y ascensiones. De tal manera que finalmente todos los integrantes de la expedición pudieron aportar sus conocimientos del entorno para disfrutar de 4 días fantásticos de travesía. La guinda la puso la nieve que había caído en abundancia, con cierto retraso, pocas semanas antes.

Día 1. Valle de Pineta - Refugio de Espuguettes

El punto de partida es el el aparcamiento en el Valle de Pineta. El popular camino al Balcón de Pineta está perfectamente señalizado. Tras recorrer un tramo por el hayedo el sendero asciende progresivamente, cada vez con más pendiente, hasta el balcón, donde nos esperan las tres Sorores: picos de Añisclo, Perdido y cilindro de Marboré.  Un poco más allá queda el lago de Marboré y los Astazu al final. La nieve cubre todo el llano y los picos que lo rodean. Bajo el sol y el limpio cielo azul el aspecto es sublime.

Camino del reugio de Tucarroya junto al lago helado de Marboré
La brecha de Tucaroya salta a la vista sobre el lago helado. Hay que ascender por ella hasta el refugio no vigilado para descender posteriormente hacia la vertiente francesa. La pendiente de la canal es muy pronunciada (45º), larga, exigente, lenta, técnica. El uso de crampones y piolet es imprescindible con nieve, y unas piernas en forma para frenar el peso del cuerpo con la mochila.

A partir de aquí el recorrido es menos técnico; el descenso al valle por el circo de Estaubé es tranquilo, el ascenso al collado de Hourquette d'Alans ofrece bonitas vistas al valle y en su punto más alto se divisa ya el Valle de Gavarnie y el refugio a lo lejos, al cual se desciende por un cómodo sendero. Sobre las brecha de Rolando unos oscuros cúmulos amenazan lluvia. A los pocos minutos de llegar al refugio de Espuguettes el cielo se oscurece y una tormenta de granizo empieza a caer con fuerza, con piedras redondas, perfectas, de considerable tamaño.

Descenso por el circo de Estaubé
La situación del refugio es inmejorable, es limpio, no tiene duchas, dormimos solos en una habitación, la comida es horrenda, sólo hay dos baños y nunca hay papel higiénico.

Esta primera etapa se caracteriza por la dura subida del Balcón de Pineta y por la fuerte pendiente de la Canal de Tucarroya, completamente nevada y de descenso muy exigente incluso con crampones y piolet.

Día 2. Refugio de Espuguettes - Refugio de Serradets

La segunda jornada amanece cubierta por las nubes y la ruta comienza en cómodo descenso entre verdes prados y panorámicas a las montañas alrededor, con la curiosa brecha de Rolando a la vista.

Prados al dejar el refugio de Espuguettes
El camino lleva a un sendero junto a preciosos rincones formados por paredes de rocas y oquedades que forman cascadas constantemente debido a la lluvia de la noche. Una vez en el hotel de la Cascada de Gavarnie se abre el maravilloso espectáculo del circo de Gavarnie. La cascada más alta de Europa con más de 400 metros de caída libre; el circo de Gavarnie con su retorcidas paredes de 1500 metros de altura; surgencias y saltos de agua recorren todo el circo; el Astazu, Marboré, los Picos de la Cascada; la nieve en las cumbres y los infinitos cauces de agua que recorren las paredes. Personalmente me parecen uno de los rincones más emblemáticos y bellos del Pirineo.

Circo de Gavarnie desde L'Echelle de Serradets
Para seguir la ruta hay que dirigirse al fondo del valle, hacia la base de las paredes del circo siguiendo unos hitos que llevan a la escondida canal de L'Echelle de Serradets para trepar por ella. Es un tramo técnico con buenos agarres y con pasos muy intuitivos, pero el riesgo de caída existe y es aéreo. Al ganar altura todavía se descubren innumerables rincones, tortuosas paredes y cauces de agua que se precipitan a otros mayores o forman serpenteantes cataratas. Las cimas se ven claramente y las nubes empiezan a dejar paso a un brillante sol que cambia continuamente la apariencia del entorno.

Nacimiento de la cascada de Gavarnie
Tras una largo recorrido con una pendiente considerable se alcanza un punto en el que el refugio de Serradets es visible. Es el momento de parar a descansar, tomar el sol, comer y observar el espectáculo frente a nosotros. En poco tiempo se alcanza el refugio desde ese punto, situado frente a la Brecha de Rolando, el Taillón, el Casco, y hacia el Este el circo de Gavarnie.

Su situación es privilegiada, está en obras, es sucio, viejo, pequeño, habitaciones sobredimensionadas, las literas inferiores tienen la altura de un ataúd, no tiene duchas, sólo hay un baño, la comida no merece mención alguna.
Picnic
Preciosa etapa, no muy larga pero con una técnica zona de trapada y un gran desnivel en poca distancia, aunque muy agradecida porque ascender por el circo es una auténtica gozada.

Día 3. Refugio de Serradets - Refugio de Góriz

La tercera etapa se inicia con una fuerte rampa para alcanzar la Brecha de Rolando. Se deja atrás Francia y asoma al otro lado en primera línea el pico Descargador y el Plano de San Fertus. Hacia el este el Casco y la Torre de Marboré; hacia el Oeste el Taillón y el Dedo, todavía escondidos por la enorme pared que forma la brecha. Al fondo se divisan las paredes sobre la pradera de Ordesa, y la vista alcanza hasta la sierra de Guara.

Ascenso a la Brecha de Rolando
Esta etapa es la más corta y tranquila, la de menos dificultad. Lo más técnico sería ir por el paso de los Sarrios, con su tramo equipado. Pero apetece pasear sobre la nieve virgen, observar el paisaje. El cielo es otra vez azúl intenso, profundo. La nieve blanca contrasta con el gris de las rocas en el
plano y el color rojizo de las paredes que rodean la brecha; y el verde que más allá asoma sobre la pradera de Ordesa.

A la vista del cilindro de Marboré, Monte Perdido y Añisclo el camino llanea junto a transparentes meandros y curiosas formaciones rocosas, entre pequeños prados cubiertos de flores. Y con la curiosidad del agua del riachuelo que desaparece enérgicamente por una grieta en las rocas. Otro de los parajes especiales en el Pirineo.

Camino de Góriz
En el refugio de Goriz, a rebosar como de costumbre, dejamos las mochilas y descendemos a asomarnos al circo de Soaso hasta la hora de cenar. El refugio ha sido ampliado aunque no está completamente operable, es limpio, las habitaciones son amplias, los baños y duchas están en el exterior, la comida es excepcional y el trato exquisito.

Etapa tranquila, contemplativa, sin prisas y con escasa exigencia técnica.

Día 4. Refugio de Góriz - Valle de Pineta

Última etapa de la travesía. La más larga. Esperan casi 20 kms y más de 2.000 mts de desnivel negativo. Incluye el ascenso a la Punta de las Olas. Etapa realmente divertida y variada. El GR-11 desde el refugio se dirige hacia el collado de Góriz, desde donde se pueden tomar dos variantes del GR. Elegimos la que asciende a la izquierda, bordeando los contrafuertes del pico de Añisclo (o Soum de Ramond). Es un paisaje pedregoso de redondeadas paredes que transmite una profunda sensación de soledad. Tras llanear durante un buen rato y ya sobre el cañón de Añisco, justo frente a las formidables paredes del Pico Inferior de Añisclo al otro lado, asciende un sendero que lleva a la Punta de las Olas. Una corta trepada acaba en una pedregosa faja y el camino a la cumbre asciende decidido por un auténtico pedriscal de pequeños guijarros que parece que no tengan que sostenerse en esa pronunciada pendiente. Este suelo recuerda al del último tramo de ascenso al Cotiella, hermano a pesar de la distancia del macizo de Monte Perdido.

Valle de Ordesa desde Punta de las Olas
La cima proporciona vistas interminables al cercano Añisclo, las tres Marías, cañón de Añisclo y valle de Ordesa, Castillo Mayor, Peña Montañesa, Cotiella, Vignemale... El paseo previsto por los llanos hacia el lado contrario a la ascensión se ve abortado por los diferentes chubascos que van rodeando la cima; el camino que desciende hacia el collado de Añisclo tampoco es evidente, y además el paso equipado con cadenas no queremos evitarlo. Así que descendemos por el mismo sendero. De nuevo en el GR-11, y ya con la lluvia encima, la senda discurre sobre la espléndida faja, mostrando poco a poco el circo que cierra el cañón de Añisclo. Otro punto sorprendente, bello, cautivador. Y así entre la fascinación por el entorno se llega al paso equipado con cadenas.
Es un ascenso por una corta canal y la cadena no es realmente necesaria; de hecho nosotros no la usamos ya que ese lado estaba cubierto de nieve y preferimos la otra vertiente de la canal, sin problema alguno. Posteriormente otra cadena ayuda a descender sobre una lisa y aparentemente resbaladiza roca. A pesar del aspecto y de estar húmeda debido a las cascadas y surgencias de la zona la bota no se deslizaba sobre ella; pero mejor agarrarse a la cadena para añadir un plus de seguridad a la progresión.

Vistas al sur desde la Punta de las Olas
El sendero prosigue sobre rocas y una cascada considerable cae sobre el camino. No hay más remedio que atravesarla y salir al otro lado completamente empapados y refrescados.

El descenso al Valle de Pineta desde el collado de Añisclo es vertiginoso. Una pendiente sobre suelo de piedra inestable que pone a prueba las piernas. Elegimos el camino por la faja Tormosa en lugar de descender hacia el valle. Discurre llaneando entre flores y plantas, atravesando algún barranco y

Flor de nieve
neveros. Las sorpresas comienzan en el tramo final, frente a las paredes del Balcón de Pineta y justo antes de la cascada del Cinca. Hay algunos pasos con cadenas que requieren, aquí si, su uso. Algunos saltos sobre barrancos en los que elegir bien el paso a dar. Y por último pasar sobre la palanca que atraviesas la furiosa cascada del Cinca. La pasarela no cubre todo su cauce, en esta época y con las condiciones de nieve y agua que encontramos. Es de suponer que más avanzado el verano y con menos nieve la cascada no se precipita tan caudalosa. No queda otra que descalzarse y cruzar sobre el lecho del río para alcanzar la palanca. A pesar de la furia y el bramido del agua, el recodo que se forma antes de los escalones forma un pequeño remanso antes de volver a precipitarse en otra catarata, por lo que no es tan complicado como a primera vista parecía. De todas maneras exige precaución ya que fuera de ese remanso el agua corre frenéticamente.

Palanca de la cascada del Cinca
Todavía queda alguna sencilla destrepada antes de alcanzar el camino del balcón, adentrarse en el bosque de hayas y llegar al párking.

La última etapa puede que sea la más exigente. Aunque sin nieve, el desnivel es considerable así como la longitud de la misma. Los pasos técnicos al final requieren si cabe una mayor concentración que los realizados hasta la fecha: depués de 4 días de marcha con un peso a la espalda de 12 ó 14 kilos es fácil que el cansancio juegue alguna mala pasada.

Descenso hacia el Valle de Pineta
La travesía completa es difícil ya que transcurre por algunos pasos de trepada y, aunque no excesivamente aéreos, entrañan algo de riesgo. Hay que estar acostumbrado progresar en esas condiciones. El 3 día es el menos técnico. La cantidad de nieve aumentó también la exigencia técnica de la travesía: sin crampones y piolet probablemente no la hubiéramos podido completar. Los desniveles son moderados pero requieren buena forma física. Y el terreno es exigente, pedregoso y en algunos tramos castigador. No en vano alguna bota volvió descosida y se perdieron dos puntas de diferentes bastones.

En el rincón de pensar, sobre el Valle de Ordesa
Alternativas

Algunos tramos pueden evitarse. En la etapa 1 puede eludirse el descenso de Tucarroya si se escoge la alternativa del puerto nuevo de Pineta; pero implica no subir al balcón de Pineta. El segundo día puede evitarse la trepada por las Echelles de Serraders si se busca la alternativa del camino a Bujaruelo; aunque significa perderse el ascenso por el circo de Gavarnie. En la etapa 4 es posible evitar las cadenas de la punta de las Olas si se desciende al cañón de Añisclo en lugar de buscar la alternativa del GR-11 escogida; también si se desciende a Pineta se evitan los pasos con cadenas y la palanca de la cascada del Cinca de la faja Tormosa.

Es posible aumentar el grado de dificultad si en la tercera etapa se desciende a Góriz por el paso de los sarrios desde la Brecha de Rolando. Y otra manera de disminuir drásticamente la dificultad es realizar la ruta en pleno verano o bien a finales para evitar la nieve.



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